Me pidieron una tarta de dos pisos, rellena de chocolate y con un elefante con la trompa para arriba en la parte superior, lo querían todo comestible y todo, todo, en dorado...
Fue entonces cuando descubrí que los sprays de pintura dorada comestible no dan para nada... tres gasté y aún tuve que tirar de la pintura en polvo...
seguro que acabo comprándome un aerógrafo, así tal vez cubra bien la pintura...
bueno, el resultado fue éste:
Espero que les haya gustado y que se la hayan comido entre muchos, eran muuuuuuuuchos kilos de tarta.
Bicos y apertas!